Pasa en las películas, pasa en la vida real. Es cierto, la ficción se nutre de la realidad y viceversa ; pero cuando un día notas que a veces se te hace complejo diferenciarlas, entonces empiezas a preocuparte por tu sanidad mental…
O te entregas por completo a la evasión de la realidad, o te haces cargo y enfrentas tu condición soñadora, creando un mundo legítimo dónde la locura y el ego tengan cabida. Para eso creé este espacio, para volcar sin tapujos todas esas obsesiones producto del excesivo protagonismo que el cine ha tenido en mi vida; sin límites de horarios ni censura. Y para todo espectador
La sobredosis de imágenes, encuentros y desencuentros, féminas idolatradas, galanes ensalzados y bandas sonoras que he consumido en mi vida hace que el día a día pase frente a mis ojos como una película: los recuerdos de esas escenas me motivan, me frenan, me condicionan y definen lo que soy y quiero ser. Y aún sabiendo que la imaginación de los guionistas a veces es tan ilusa como fértil, igual nomás. Me la creo, y me lo creo.
Cine, escritura y ego: los tres confluirán en este espacio de ideas, sueños y desahogos, donde puedo hacer justicia conmigo y con mis pasiones, además de tener la esperanza de que alguien lo lea con interés…porque si les digo que no espero comentarios, mentiría…OJALÁ se llene de posteos, me lluevan las flores, se produzcan discusiones acaloradas, se caiga el sitio y me ofrezcan recopilarlo en un libro. Pero, bajando las revoluciones, me contento con saber que lo leyeron.
Porque aunque su intención no es ser un espacio de crítica, sí puede servir como referencia para comentar, ver o dejar de ver una película...de verdad, me encantaría...¡Ya! No más voces externas-o internas- diciendo “!Paula, tu vida no es una película”! ; llegó la hora de aterrizar en la dura realidad. O de seguir arriba de las nubes cinéfilas, aunque sólo sea en un mundo virtual.