Partamos por lo básico: esta película parece hecha para el Oscar. Una historia verídica, lineal, sin mayores sobresaltos, sobre un personaje en conflicto que le “gana al destino”. Con un inicio que nos deja claro cómo la película va a terminar, una relación que parte tortuosa y termina con los personajes abrazados antes de los créditos. Y, sobre todo, un final feliz. No es nuevo lo que digo; de seguro, son muchos los que criticaron la decisión de la Academia de escogerla mejor película. Que Hollywood rinde pleitesía al conservadurismo de la Monarquía. Que los hermanos Weinstein (productores del film), son los reyes del lobby. Que la Academia no se las jugó por premiar un cine más descabellado como el de Darren Aronofsky (Black Swan) o los hermanos Cohen (True Grit). Pamplinas. Al menos, para mí.
Lo cierto es que la historia lineal del personaje derrotado que se ablanda y sonríe con música incidental y blablabla, funciona…y peor aún, emociona. Por lo menos, a mí me da cosa en la guata. Y se me arruga la pera. Y termino queriendo que sea mi amigo.
Ahora muchachos, la pregunta es: ¿Qué diablos busca destacar el Oscar? Son tantos los criterios en juego, que es difícil definir. Popularidad, actuaciones, guión, creatividad. ¿O la premiación debería esforzarse por sorprender al público, y ojalá dejar con los crespos hechos a los favoritos en las apuestas?
No puedo negar que yo misma he despotricado contra la Academia. Especialmente, frente a triunfos de películas como El Señor de los Anillos, Titanic y un largo etc. Indignadísima, es más. Pero ver El discurso del rey despertó en mí un extraño instinto de tolerancia, que dio paso a toda esta larga y tediosa reflexión…
Vuelvo al film en cuestión. Bonita la historia de cómo Jorge VI, tartamudo tímido y “low perfile”, pasó de la noche a la mañana a ser Jorge VI. No fue fácil lo suyo. Y Colin Firth, creo, logró traspasar la caricatura y darle alma al noble en cuestión. Genial, mi querido Colin. Geofrey Rush también se luce como el avispado “doctor” que trata la tartamudez y se toma el codo del futuro rey. En esto, la Academia no se equivoca. Porque más allá de todo efectismo, ranking o condescendencia, una buena actuación se reconoce a la legua. Bien por el Oscar de Colin.
Por suerte no somos de la Academia, nadie quiere dejarnos contentos. Sólo nos toca disfrutar.
Adhiero 100% en cuanto a dejarse llevar!! Aparte de uno pasarlo mucho mejor, una eventual crítica resulta mucho más sensata ya que es emitida desde "las reglas del juego" propuestas por el director.
ResponderEliminarSólida!
Mario Hitschfeld
Tal cual!!
ResponderEliminarUno no solo sabe el principio y el final al comienzo de la película, si no que además los pasos por los que va a pasar. Sin embargo, es un lujo verla. Es como una clase de "así se hacen las películas de este tipo".
Y la actuación de Be be be Bertie es simplemente impresionante, tan sutil y llena de contenido, y con un personaje que no causa gracia, por el contrario, un empatiza y le dan ganas de gritarle "vamos carajo!! tu puedes!!"
Wena wena la pilícula... casi tan buena como la anécdota del tío Oscar... quizás deberían hacer una película de eso también.
Igual siempre me ha parecido muy extraño que el premio más reconocido del cine sea el que entreguen sabiondos anónimos sin criterios conocidos.... raro...
MUY buena reflexión. Rica y seca... te pasaste.
Sólo hoy la vi porque el cine de mi querida city la estrenó recién ya que privilegió otros estrenos infantiles, de acción y de terror en febrero cuando llegó a Stgo. Debo a agradecer entonces a los señores de la Academia que le hayan dado tantos Oscar a esta película porque creo que gracias a eso se estrenó acá y no pasó como tantas otras que ni llegan a provincia.
ResponderEliminarDebo decir que me encantó, tiene momentos sensibleros, divertidos, dramáticos y aunque el final sea predecible, la forma de llegar a eso es lo que cuenta. Eché de menos un abrazo más apretado entre los dos hombres, pero en fin, la realeza no deja de ser la realeza y los personajes estos crecen tan reprimidos en lo que a demostración de afectos se trata que por ese lado tendrá que entenderse que sea así por parte del rey.
La actuación de Colin es demasiado buena y obviamente que ha requerido de mucho más trabajo y esfuerzo que cualquier otro de los nominados. Sin duda muy merecido su Oscar que le debían desde el año pasado.
En relación a estos premios en verdad me son un poco indiferentes, pero si ayudan a que más películas lleguen a verse en todos lados bienvenidos sean.